El Corazón de Cidade Velha Diving

Tony es un instructor apasionado y con gran experiencia, certificado como PADI Master Scuba Diver Trainer (MSDT), que transmite en cada inmersión toda una vida de conexión con el mar. Originario de Fuengirola, un pueblo costero del sur de España, se enamoró del océano desde niño, explorando entre rocas con sus amigos utilizando gafas viejas heredadas de familiares. Esa curiosidad se transformó con los años en una vocación.

Empezó a bucear de forma más seria a los 13 años, hizo su primer curso a los 15, y se convirtió en instructor PADI en 2017, luego de dos años de formación intensiva como Divemaster en Abysub, un centro de buceo en Fuengirola, Málaga, al que considera su segundo hogar y donde estuvo trabajando hasta el 2024.

Ha buceado en muchos lugares del mundo, pero uno de sus recuerdos más memorables es Baja California, donde compartió el agua con tiburones ballena y toro, leones marinos, ballenas, tortugas y una gran diversidad de vida marina, en un viaje que fue tan completo como inolvidable.

Como MSDT, está certificado para enseñar múltiples especialidades y ha formado a numerosos estudiantes. Lo que más le apasiona es ver cómo aquellos que comienzan con miedo o dudas logran superarse a sí mismos, enfrentan sus nervios y terminan sus cursos con confianza y orgullo.

Pero más allá de la fauna, lo que más disfruta es el silencio, la ingravidez, la paz, y esa conexión íntima con uno mismo que sólo el mar puede ofrecer.

Creó Cidade Velha Diving con el deseo de dar un paso más: montar una escuela de buceo en un lugar especial como Cidade Velha en Cabo Verde que lo enamoró, y donde el buceo aún está creciendo y puede tener un impacto positivo en la comunidad local.

Para él, lo más especial del buceo en Cabo Verde es la diversidad: aguas cálidas y cristalinas, pecios, variedad de profundidades, corales increíbles, bancos de peces, vida grande y pequeña, cuevas y posibilidades tanto para el buceo recreativo como técnico.
 

¿Su recuerdo más emotivo? Acompañar a una niña de 6 años, que llegó con muchísimo miedo y sin intención de bucear, en su primera experiencia subacuática a través de un Bubble Maker. Al final, vivió un momento tan especial que le escribió una carta de agradecimiento, una que guarda con cariño en el corazón.

Ya sea que estés dando tus primeros pasos o buscando perfeccionar tus habilidades, bucear con Tony es mucho más que obtener una certificación: es abrir una puerta a un mundo nuevo, en calma, color y profundidad.